Reencuentro (Enlace Temporal)

Nuestro viaje de reconexión a
Cabañas y Estacas.

ESP – ENG

Después de mucho tiempo con ella en mente, por fin este año María y yo hemos podido hacer una primera incursión a Cabañas y Estacas, el proyecto bikepacker cántabro diseñado por nuestro amigo Israel.

Habían pasado más de dos años desde nuestra última aventura viajera en pareja. No ha sido un tiempo exento de desafíos para María, que lleva tiempo lidiando con algunos temas de salud que han limitado sus opciones de encadenar recorridos de varios días. Sin embargo, su fuerza de voluntad, inconformismo, y capacidad de trabajo han hecho que este viaje soñado durante tanto tiempo haya sido mucho más que un viaje en bicicleta: Ha supuesto una forma de expresión, un refuerzo de todo el aprendizaje, investigación y esfuerzo de su duro camino hasta llegar aquí.

A lo largo de estos párrafos os mostraremos nuestros días por Cabañas y Estacas, la historia de perseverancia detrás de todo esto, y el papel que tuvo en ello la llegada de una nueva actriz: la bici eléctrica de María.

Niebla en el camino

Empieza a atardecer, atravesamos uno de los sectores más remotos de la ruta. Nos envuelve una densa niebla y estamos empujando las bicis en una corta pero intensa rampa de piedra suelta. Hace ya unos kilómetros que los indicadores de capacidad de la e-bike de María muestran que andaremos bastante justos de batería: nos queda de autonomía la misma distancia que resta hasta el Ecoalbergue El Cobijo del Valle, donde queremos hacer noche. Israel nos ha comentado que es un lugar imprescindible del recorrido, muestra perfecta de la filosofía que ha querido plasmar en esta ruta. Aunque la llegada al mismo es en bajada, llevamos varios kilómetros subiendo, con lo cual no terminamos de fiarnos de las estimaciones proporcionadas por la electrónica.

Hipnotizados por los paisajes cántabros en este nuestro primer día de recorrido, un fallo de cálculo de principiante hizo que acumuláramos bastante más desnivel del esperado. Por una vez, había decidido fluir un poco más en mis viajes junto a ella, dejando algo más de espacio a la improvisación, ya que, al fin y al cabo, ninguno de los dos sabía cómo reaccionaría su cuerpo a la vida encima de la bicicleta. Por lo visto no salió muy bien esta primera clase de flow, nos habíamos metido en un pequeño lío.

He de reconocer que hubo momentos de incertidumbre, de duda, de nervios, e incluso de ligera tensión. Fue necesario echar mano de todo nuestro arsenal de herramientas de asertividad, trabajo en equipo, empatía, cariño y para qué ocultarlo, también alguna que otra broma. En el tiempo de descuento, casi de noche, y con la batería en sus últimos alientos, nos las apañamos para llegar finalmente a nuestro destino de aquella noche. La resolución de la situación nos era familiar, durante los últimos años, la vida nos ha puesto a prueba en todas esas capacidades mencionadas. Aprender a bailar en pareja con unos problemas de salud requiere igualmente de un alto nivel en todas ellas.

Prejuicios “eléctricos”

Durante la abundante y reparadora cena de aquel día, junto a Rosa y Lolo, propietarios del Ecoalbergue, comentábamos las dudas iniciales que tuvimos cuando empezamos a plantearnos la compra de una bici eléctrica. Había unos prejuicios adquiridos, una reticencia inicial que ambos debimos superar. En ocasiones, los prejuicios pueden llevar a limitarnos de una manera extraordinaria, en cualquier ámbito de la vida, incluso cuando los sentimos hacia gente que nos rodea. Mantener una mentalidad abierta es el suplemento perfecto para romper con esos prejuicios.

Para María, descubrir la maravillosa herramienta que supone una bicicleta con asistencia eléctrica ha supuesto un punto de inflexión en su recuperación, no solo por el aspecto físico derivado del ejercicio en sí, sino por volver a conectar con sus ilusiones, con su afición, con la naturaleza, piezas clave en el plano psicológico de cualquier tránsito a lo largo de una enfermedad. Ha favorecido, sin ninguna duda, un reencuentro consigo misma.

Cabañas y Estacas: Un Sueño Hecho Realidad

Cabañas y Estacas pertenece a esa maravillosa generación que está cambiando para siempre el panorama del cicloturismo en España, con propuestas mucho más cercanas al viajero, sinceras, creadas por y para ciclistas, sin toda esa parafernalia burocrática que por lo general, tan lejana queda del viajero.

Hablando de este tipo de rutas de autor, hace un tiempo hubo quien me dijo que las rutas se parecen a sus creadores. Israel y Cabañas y Estacas encajan a la perfección en esta afirmación: Cariño, esfuerzo, valores, principios o generosidad, son cualidades que definen igualmente tanto a esta persona como a su proyecto.

Puedes descargar el mapa original de la ruta, dibujado a mano por Israel, aquí.

En nuestro caso, que buscábamos un viaje de reconexión, decidimos dejarnos aconsejar para formar un bucle más corto, con idea de ir completando la ruta entera en futuras visitas. Nos decantaríamos por la zona central del bucle, dejando para más adelante las zonas oriental y occidental.

Pese a haber visto tan solo un tercio del recorrido, la personalidad de la ruta fue patente día tras día: La perfecta combinación de mar y montaña, tan característica de la región cántabra, la dureza del relieve de su interior, la crudeza de su clima, pero también la asombrosa variedad de su gastronomía. Por supuesto, cabe destacar la modularidad, uno de los mayores tesoros de este tipo de rutas.

Y qué gran privilegio también poder empaparnos de las distintas realidades de un territorio compartiendo pedaladas con Israel, el padre de la criatura. Si bien las innumerables riquezas de este territorio son obvias al recorrerlo, estos días de pedaleo también hemos podido ser testigos de sus problemáticas, como la amenaza de la masificación turística de algunas zonas, la vorágine urbanística que presiona cada vez más sus entornos naturales, o la tremenda y poliédrica complejidad en la gestión medioambiental de algunas especies animales emblemáticas en el interior. Son algunos de los ámbitos que preocupan, y mucho, por allí.

Una vez más, la bicicleta es el vehículo perfecto para una experiencia inmersiva en una realidad, permitiéndonos profundizar en su conocimiento, concienciación y conservación. Me pregunto cuántos de esos conflictos que he comentado se desenredarían si las partes implicadas en ellos simplemente salieran juntos a dar un paseo en bicicleta.


Para más información, visita la web oficial de la ruta, y no te pierdas las preciosas fotos de su perfil de Instagram, @cabanas_y_estacas.


Suscríbete

Introduce tu email para recibir todas las novedades.