SOUNDPACKING

ESPENG

*Alondra común (Alauda arvensis)

Al menos uno de cada cinco europeos está expuesto a niveles de ruido que se consideran perjudiciales para la salud. En zonas urbanas, la cifra aumenta a uno de cada dos. Son datos del Informe de ruido ambiental en Europa, publicado por la Agencia Europea del Medio Ambiente en 2022.

Sin lugar a dudas, los habitantes de Blancas no se encuentran entre ellos, al menos por ahora. Es un frío amanecer de diciembre y estoy colocando mi grabadora en uno de los símbolos de este pueblo. Me ha llamado la atención el sonido del viento al atravesar las ramas de su sabina de metal, reproducción de su auténtico icono, su sabina milenaria.

CÓMO EMPEZÓ TODO

Cuando el año pasado publiqué mi artículo sobre el Silencio, descubrí el trabajo de Quiet Parks International. Inmediatamente me sentí conectado con su propósito. Seguí investigando, y así llegué a One square inch of silence, libro escrito por su cofundador, Gordon Hempton, en el que el autor recorre EEUU en su furgoneta, Vee-Dub, cargado con sus equipos de grabación y sonómetro en busca de los lugares menos contaminados acústicamente y a la vez los más amenazados.

A medida que avanzaba en su viaje, me daba cuenta de que los estrictos criterios que él marcaba para identificar los últimos reductos de silencio en el país norteamericano, eran más que posibles en el entorno de MontañasVacías: Para él, la medida más valiosa para determinar la calidad acústica de un lugar es el intervalo de tiempo transcurrido entre intrusiones de ruido de origen humano. En su experiencia, silencios de más de 15 minutos eran extremadamente poco habituales en EEUU, y prácticamente imposibles en Europa, excepto algunas regiones al norte de Finlandia y Noruega.

Yo estaba convencido de que había una zona más, una enorme, algo más al sur.

Tanto el libro de Gordon Hempton como el material que iba descubriendo a través de la web de Quiet Parks, estaban abriendo una nueva dimensión en mi camino hacia la protección del silencio en nuestro territorio.

Si era tan complicado dar con lugares que cumplieran esos parámetros de calidad, quería decir que ese recurso que yo empezaba a explorar era mucho más valioso de lo que me imaginaba. Tal vez este lugar escondía un tesoro que apenas estábamos valorando o conservando. Había que hacer algo.

«SOUNDPACKING»

Con ese propósito en mente, me lancé a comprar una pequeña grabadora de segunda mano para probar con los paisajes sonoros, una disciplina que me recordaba claramente mis primeros pasos en la fotografía: ambas te hacen más consciente de lo que captan tus sentidos y te ayudan a descubrir un nuevo punto de vista sobre tu entorno. ¿O deberíamos llamarlo punto de oído?

Del mismo modo, marida a la perfección con la bici, ya que todo el equipo de grabación cabe sin problemas en mi riñonera junto a la cámara de fotos. Así surgió la idea del “soundpacking”. Durante mis salidas en bici y escapadas de varios días, la grabadora se convirtió en una herramienta habitual. Siempre atento, buscando instantes que puedan captar la belleza de un paisaje sonoro: el paso del viento a través de un árbol, el gorgoteo de un arroyo, el canto de un pájaro, la lluvia, etc. Como en fotografía, se trata de transmitir emociones. Eso es lo difícil.

Aquí os dejo algunas de mis grabaciones, que también podéis encontrar en mi perfil de Soundcloud:

https://soundcloud.com/montanas-vacias/sets/montanasvacias-demo?si=12e99ebea28341f2b52e9dbb76ed8e7du0026amp;utm_source=clipboardu0026amp;utm_medium=textu0026amp;utm_campaign=social_sharing

MIS APRENDIZAJES

Ya han pasado varios meses desde que ando sumergido en este nuevo arte, creo que puede ser una herramienta muy poderosa para la concienciación y conservación de este recurso, así que a partir de ahora os iré mostrando mis avances.

Sin embargo, durante todo este proceso ya he podido descubrir distintos puntos de vista, conocer experiencias en otros lugares, y aprender de otros proyectos. Os resumo aquí algunos de mis aprendizajes en diferentes ámbitos: 

Santuarios

En unas vidas saturadas de prisas, estrés y aglomeraciones, contar con entornos y experiencias en las que se proteja el silencio natural tiene una enorme importancia. Sus efectos positivos en la salud física y mental están fuera de toda duda. Como Hempton menciona en su libro, pueden ser considerados auténticos «santuarios de silencio”. 

Para muchos, MV ha supuesto una experiencia más allá del viaje, más allá de lo meramente ciclista, considerándolo más bien un espacio de retiro, de reconexión, de completa comunión entre el visitante y el territorio a través de sus paisajes y pobladores, en el que el silencio y la soledad son sus valores más destacados. Un viaje interior cuyo concepto ha sido modelado por las propias vivencias de los viajeros a lo largo de estos últimos años.

Además, avanzar en los cuidados de estos santuarios naturales también es la mejor forma de preservar su vida salvaje, conservar sus hábitats y una gran oportunidad para sus habitantes.

CONCIENCIACIÓN

Por ello se hace necesario aprender que hemos de cuidar ese patrimonio acústico de igual forma que protegemos el patrimonio arquitectónico o medioambiental, y hemos de ser capaces de identificar sus amenazas igual que sabemos identificar las que atentan por ejemplo contra los tesoros patrimoniales de nuestros pueblos, o el valor ecológico de nuestros bosques.

Porque quizás todos identificamos el daño producido por una pintada en un edificio histórico, o la basura abandonada en un bosque, pero aún hemos de avanzar en la percepción del daño real de, por ejemplo, permitir música demasiado alta en ciertos entornos naturales.

AdministraCIÓN

Necesitamos administraciones valientes en este aspecto. Han de entender el silencio y su conservación como un recurso para nuestros pueblos, una seña de identidad. Pero también como una oportunidad de futuro. 

Algunas medidas sencillas a este respecto podrían ser:

  • Avanzar en la creación de vías no motorizadas que permitan a caminantes, viajeros a caballo o ciclistas una experiencia silenciosa, protegiendo ciertos lugares de un turismo masificado, disminuyendo además el riesgo de incendios forestales. Obviamente deberá ser regulado adecuadamente para permitir el paso a vehículos autorizados, profesionales, guardas, etc. En mi reciente viaje por Escocia e Inglaterra he pedaleado cientos de kilómetros por pistas sin asfaltar de este estilo y la opinión que he percibido en los pueblos es totalmente positiva.
  • Otra medida sencilla sería no llegar al “sobre-asfaltado” de pistas forestales con una elevada riqueza natural. Son varias las pistas recién asfaltadas o en proyecto de asfaltado que hacen demasiado accesibles algunos lugares de un elevado valor, sin una función clara de comunicación o de enlace de localidades. Más aún cuando existen pueblos cercanos con accesos en penosas condiciones donde ese asfalto sería bienvenido.
  • Campañas de concienciación. Solo se ama lo que se conoce, y a día de hoy, hay un largo camino por recorrer a la hora reconocer el silencio natural como un recurso en peligro de extinción. No sería muy complejo incorporar mensajes sobre el respeto acústico a otros mensajes de concienciación ya existentes, como por ejemplo, los relacionados con prevención de incendios, espacios libres de basura, o respeto a la fauna y flora.
  • Vigilancia y control. Se deben dar pasos adelante a la hora de controlar actividades que atenten contra este recurso, como música demasiado alta en entornos naturales o en horas intempestivas. Y si en algún lugar ya existen esas normas, dar un impulso para su cumplimiento. 
  • Mejores decisiones. Tener en cuenta uno de tus recursos más valiosos y a la vez más en peligro puede ser la mejor herramienta para la toma de decisiones sobre nuevas infraestructuras, proyectos, despliegues, etc.

EL PERFIL DE VISITANTE

Poner en valor nuestra riqueza acústica es una herramienta que también permite modelar en cierto modo el perfil de visitante, algo realmente interesante para nuestros pueblos y entornos naturales. Permite poner un mayor énfasis en la calidad que en la cantidad. El número de visitantes no importa, importa el impacto positivo en el territorio. A menudo leemos titulares sobre el número de visitantes a algunos entornos naturales, pero realmente no se suele hablar sobre si es realmente lo que la conservación de ese lugar necesita, ni tampoco sobre el impacto económico real en los pueblos de esa zona.

Un perfil de visitante más especializado y consciente es menos estacional, más distribuido a lo largo del año, pero también más repartido en el territorio, llevando visitantes fuera de los “honeypots” habituales. Prueba de ello han sido los últimos cinco años con la llegada de bikepackers de todo el mundo durante buena parte del año, incluso en temporada baja, visitando lugares a los que no llegaba habitualmente el turismo convencional.

Está claro que el proceso de concienciación para preservar el silencio en nuestros entornos naturales puede ser muy complejo, que generar nuevas inercias y hábitos en la sociedad puede llegar a ser frustrante, que conseguir la acción por parte de las Administraciones no es fácil y mucho menos rápido, pero por eso es importante que todos aportemos nuestro granito de arena en la divulgación y difusión de estos valores. Que seamos el cambio que queremos ver en el mundo. Solo aumentando la con(s)ciencia social sobre la importancia del silencio natural conseguiremos aumentar las opciones de que se den pasos en su protección en el medio plazo.

acción

Una hora después de colocar mi grabadora, tan solo un tractor en su camino a las labores diarias ha supuesto una perturbación a la perfecta calidad acústica de este lugar. Enrollo los cables de los micrófonos, los guardo junto a mi cámara de fotos, y sigo pedaleando.

En Blancas, aún se encuentran dentro de esa parte de la estadística que queda a salvo. Tanto si estás dentro como si no, es momento de no mirar hacia otro lado. Es momento de dar pasos para proteger los últimos Santuarios de Silencio que quedan en Europa.

*Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos)