Simoontanea Report

Simoontanea ha sido una llamada global para pedalear bajo la última luna llena del verano de forma simultanea en diferentes puntos del mapa, que tuvo lugar el pasado 31 de Agosto. Con más de 50 salidas, superó todas mis expectativas, con eventos en todas las regiones españolas e incluso algunas en UK, Italia, Bélgica, Suecia o Portugal. Hablamos de lo que ha supuesto, y algunos de sus protagonistas nos cuentan sus experiencias.

La motivación para este encuentro simultáneo surgió tras la salida improvisada que se me ocurrió en Teruel en la anterior luna llena, al sentir que mucha gente de otros lugares me transmitía que desearía que hubiera estas cosas en sus zonas. Teruel no es precisamente Berlín en cuanto a movimientos ciclistas locales, pese a todo lo que está pasando alrededor de Montañas Vacías. Si se había podido hacer aquí, podría hacerse prácticamente en cualquier sitio… Así que, ¿Por qué no lanzar la piedra para hacer algo simultáneo, a ver qué pasaba?

Pretendía ser un punto de partida, una excusa, un nexo de unión que pudiera permitir la creación o refuerzo de distintas comunidades ciclistas de filosofía más tranquila, sana e inclusiva. 

Muchas veces vemos con recelo este tipo de ambientes ciclistas de otras partes del mundo, y tal vez solo hiciera falta una pequeña chispa, un pequeño empujoncito. Pero esta vez no me enrollo más, paso el testigo a algunas y algunos de los que formaron parte de esta locura: 

CABAÑAS Y ESTACAS – CANTABRIA

Texto de La Luna, a través de Israel, @cabanas_y_estacas
Fotos por @cabanas_y_estacas

Noto las hormiguillas en el estómago en uno de esos días en el que sabes que eres un poco más protagonista que normalmente, en el que tienes que estar pendiente de que todo salga bien. Cuentan conmigo, soy consciente de la importancia de mi asistencia, pero me tengo que convencer de que estando en mi lugar, como siempre, es suficiente para el éxito.

Cornisa cantábrica (jajaja… ¡ilusos!), una veintena de ciclistas en el parking de La Maruca procedentes de varios puntos de la región, integrantes de clubes ciclistas, incluso juraría reconocer personas de otras comunidades, todos bien equipados con sus luces y bolsas comienzan un recorrido costero sencillo apto para todos los públicos.

Me distraigo, hay muchos frentes abiertos y cuando me doy cuenta  están en la playa de  Liencres parados, compartiendo experiencias pasadas, hablando de material ciclista, de nuevos proyectos en mente mientras se oye el “pssssshh” de una lata un rato antes de que el crujido de  la envoltura de aluminio de un bizcocho dé paso  al “click” de algunas instantáneas. Me reclaman, vuelvo allá donde poso dignamente para una foto más, otra en el otro lado sin parar la inercia e intentar atender todas las peticiones. (¡Esto no está pagado!).

Transcurren los minutos, este pequeño grupo del norte de la península ibérica regresa a su punto de partida sin incidencias, queriendo repetir y de repente soy consciente de ese velo algodonoso de vapor de agua interpuesto entre nosotros que ha impedido ese contacto directo con ellos.

En fin, descuidar es de humanos y también de satélites, pero rectificar también lo es: Soplo fuerte, despejo el cielo y me esfuerzo en brillar fuerte para ellos, muchos ya en su casa, y hacer acto de presencia en este evento en el que todos hemos aportado nuestro granito de arena.

bICICHICASSORIA – SORIA

Texto y fotos de Silvia Molinero, @silvi_moli

El pasado 9 de agosto, recibí un mensaje en mi móvil, de Ernesto, un enlace a su web sobre la  #Simoontanea y esa piedrecita que siempre lanza con tanta delicadeza.

“Molaría que Soria estuviera en ese mapa”

Varios puntos me llamaron la atención: Por un lado, pedalear bajo la última luna llena del verano de forma simultánea desde diferentes puntos de la geografía. Y por otro, disfrutar de una salida tranquila, sin prisas, cenar todos juntos y crear comunidad. No había duda, Soria estaría en ese mapa.

Redacté unas líneas con la iniciativa y lancé esa piedrecita a Bicichicas Soria, sin dudarlo aceptaron y justo ahí empezó la magia de todo esto. Lanzamos por redes la iniciativa, y enseguida comenzaron a llegar mensajes de personas particulares, clubs, e incluso los propietarios de todas las tiendas de bicis se interesaron y acudieron al llamamiento. La idea estaba calando.

Para todos y cada uno de ellos el mensaje fue claro, era un llamamiento social donde todos serían bienvenidos, los que se están iniciando, los más “bikers” los que nunca han pedaleado de noche o los que disfrutamos de pedalear en la soledad de la noche. Una mezcla sin duda muy bonita e inspiradora. 

Llegó el día y no podemos evitar emocionarnos al ver la explosión y la acogida que ha despertado la iniciativa, mayores, pequeños, conocidos, personas con las que hacía mucho que no coincidíamos, otros completamente desconocidos. No sabríamos decir el número exacto de personas, entorno a 90 ó 100.

Sin duda lo más bonito fue ver la ilusión de los más pequeños de poder rodar con otras personas, las caritas de felicidad de los que iban en las sillitas con sus papás. La ilusión de los que se adentraban por primera vez en el Monte a rodar por sus caminos, porque solos no se atreven o no han tenido la oportunidad de salir con otras personas. Ver a los más bikers con sus trajes de lycra, que ese día dejaron de lado los datos y bajaron las pulsaciones del corazón para dar la mano, ayudar y acompañar.

Incluso los chicos del triatlón Soriano, a los cuales su entrenador les propuso cambiar el entrenamiento de ese día por esta actividad. Un gesto que sin duda no nos dejó indiferentes, porque quizá sin ellos saberlo, están también dejando germinar unas semillitas para unos buenos valores humanos.

Ese fue el escenario que se creó en Soria a través de #Simoontanea, una ciudad que se volcó, que reunió a pequeños, mayores, amigos, personas que hacía mucho tiempo no nos veíamos para compartir kilómetros, conversaciones y una agradable velada a la luz de la Luna. 

MAIPEY – GRAN CANARIA

Texto y fotos de Eneritz Hernández y Rayco Tejera, @maipey_wtsb

El pasado 31 de Agosto la última luna llena del verano, Simoontanea-Ernesto, Ernesto-Simoontanea, ejercieron esa misma fuerza de atracción sobre cientos de personas en multitud de lugares dentro y fuera de nuestro país, para salir a pedalear bajo la luz de la luna llena.

Esa luz de luna tuvo la facultad de iluminar los caminos, desde Artenara hasta el fin del mundo. De impulsarnos a superar los temores, miedos y dudas que surgen la primera vez. Adentrados en Guardaya, ya estaba lista para asomarse y mostrarse, al igual que nosotras, compartiendo momentos y descubriendo nuevas alianzas.

De la grava al asfalto, el camino se transforma, la luna ya es una realidad que nos alumbra la ruta, bajo ella descansamos, intercambiamos sensaciones y reponemos fuerzas. Llegamos al fin del mundo, Tamadaba.

Hablar y superar nuestros temores nos acerca a los sueños y proyectos de los demás y nos impulsa a hacer los propios realidad. Los que ya son, como los que están por venir no son tan dispares los unos de los otros, entre ellos se sostienen, se atraen, se alimentan y se fortalecen, como la luna Simoontanea nos atrajo tal día.

RODERA.CC – VALENCIA

Texto de Sarai León, @norasalie
Fotos de Antonio Tone, @antoniotone14

El Jueves pasado vivimos juntas, una de las divertidas experiencias propuestas por Ernesto: La Simoontanea. En Valencia, nuestros amigos de Rodera han recogido esta iniciativa y han logrado organizar maravillosamente una inolvidable rodada nocturna por el parque natural de la Albufera a la luz de la luna llena.

Convocando así, a más de cincuenta personas con distintas maneras de entender y vivir la bicicleta, pero nos une el disfrutar del ciclismo en todo su amplio espectro; hemos sido participes de un diverso grupo de entusiastas de todas las edades, cicloturistas, commuters, graveleros, bicis fijas, mountain bikers, nuestro reciente club valenciano de 26”,  e incluyendo a una de nuestras colegas, Lucia, con su cargo e incluso a un amigo con su rack delantero para llevar al perrito de paseo nocturno.

Así nos embarcamos en la aventura! saliendo desde la ciudad de las Artes y las Ciencias con destino a la playa del Saler, un track diseñado para adentrarnos poco a poco en los arrozales de la Albufera mientras iba cayendo la noche y la luna iba marcando su presencia en el cielo.

Avanzamos y cae la noche, y debo decir que pocas cosas me emocionan tanto como mirar a mi alrededor y encontrarme formando parte de ese concierto de luces frontales y traseras destellando en la oscuridad unas cerca de otras, un mar de ciclistas disfrutando de atreverse a coger la bici y salir de noche sabiendo que en la compañía de otros hay una manera muy especial de disfrutar de aquello que a veces hacemos solos y con más prisa.

Llegamos a la orilla de la playa, la luna sigue allí brillando y reflejándose ahora en el mar, la gente comienza a sacar y compartir lo que ha traído para cenar, no nos vemos bien las caras pero se siente en el aire un buen espíritu de colegueo y buena energía, compartiéndonos anécdotas con viejos y nuevos amigos.

La jornada acaba aquí, echándonos un buen rato de amistad, risas y nuestra querida bicicleta. Volvemos a casa cansadas pero emocionadas, ha sido muy bonito rodar juntas simultáneamente en muchas localidades, aquí en Valencia estamos felices de haber formado parte de esto, y esperamos con ansias la siguiente excusa para vernos y pedalear.

Bassano del Grappa – ITALIA

Texto y fotos de Angela Pulliero, @angelaround

Hacía ya algún tiempo que pensaba: «Querría tener más tiempo para mirar el cielo, la luna y las estrellas…» Y justo me encontré con la propuesta de Ernesto para salir a pedalear en distintos lugares del mundo en la última luna llena del verano.

Inmediatamente me gustó la idea de una salida  inclusiva y sin prisas: una oportunidad para estar juntos y tomarnos el  tiempo necesario para mirar al cielo.

Compartí la idea de #Simoontanea con mis amigos, y a su vez, ellos lo compartieron con más amigos.

El 31 de agosto quedamos junto a uno de los teatros de Bassano del Grappa para pedalear a lo largo del río Brenta y luego hacer un picnic. Estábamos todos, excepto la luna, que estaba cubierta por un espeso manto de nubes.

Al cabo de unos kilómetros empezó a llover a cántaros, pero por suerte, estábamos justo al lado de una pizzería. Así que el paseo se convirtió en una cena a base de pizza, pero fue estupendo conocer gente nueva, compartir pensamientos e intercambiar contactos para organizar más cosas en el futuro.

De vuelta a la ciudad, nos detuvimos en el puente viejo y allí, de repente, ¡las nubes se disiparon y apareció la luna!

Nota: Entre todos los asistentes de Bassano del Grappa incluso creamos una lista de reproducción unos días antes para ir calentando motores, aquí la tenéis:


Mis conclusiones, ¿Y ahora qué?

Desde el principio, vi todo esto como el que lanza un puñado de semillitas a ver qué pasa. Y está claro que han sido muchas las cosas chulas que han pasado a raíz de todos estos encuentros. Un montón de nuevas amistades, nuevos grupos en Whatsapp/Telegram para seguir en contacto, o propuestas periódicas para seguir organizando salidas en grupo, por citar algunas de ellas.

Puede parecer que no aporta nada nuevo, más de uno puede pensar que toda la vida han existido clubes, grupos, o salidas organizadas, pero sigo creyendo que era necesario dar una vuelta de tuerca en ciertos aspectos, como por ejemplo la inclusividad. No solo me refiero a ese término desde el punto de vista de género, donde también se está avanzando a buen ritmo, aunque quede mucho por hacer. Me refiero a que el mundo de la bicicleta debe dar algún que otro paso a la hora de fomentar la no exclusión de perfiles que no encajan con la imagen de joven, esbelto, rápido y envuelto en licra que pretende perseguir algún que otro valor numérico, sea marca, peso, velocidad o puesto. 

Es por ahí por donde van los tiros al montar este tipo de cosas. 

Muchas de esas semillitas parece que han empezado a germinar en muchos lugares, ¿y si aprovechamos esta inercia para seguir dando pasos? Estuvieras o no en #Simoontanea, ¿qué opinas de todo esto?